viernes, 13 de junio de 2014

Frontdesk



En una de las paredes del zulo-box-cubículo veo un papel pegado con cinta adhesiva en el que pone “Frontdesk” seguido de un número de teléfono “902…”; mis amplias dotes de deducción hacen que llegue a la conclusión de que tengo que marcar ese número para conseguir acceder al.. perdón loguearme

Un tono, una voz nasal:

-        - Centro de Atención al Usuario, le atiende la posición cerodosnueve.
-        - Sí, hola, mira, me llamo Erre y no consigo acceder al, que digaaaa, loguearme.
-        - Me tiene que enviar un email con la incidencia.
-        - Pero es que no puedo entrar en el, perdón, loguearme en el email.
-        -  Me tiene que enviar la incidencia por escrito.
-        - Mmmmm, creo que no me estás entendiendo es que no puedo entrar en la máquina, enciendo, me pide un password que no tengo y…. bueno, yo estoy sentado aquí al lado de Aracne, si te parece, me acerco a tu sitio y me enseñas a acceder, quizá estoy haciendo yo algo mal…
-        - Me temo que no va a ser posible, veo que me llama desde Madrid y nosotros estamos localizados en Bogotá.
-        - Ayyy, qué bien, ¡maravillosa ciudad! Mi novia es de allí – miento sin ningún pudor mientras busco en el móvil información que me pueda sacar de esta – de Seminario.
-        - ¿Siiii? Qué lindo lugar, intente acceder ahora tecleando en el nombre de usuario su apellido y como password la palabra “Seminario”.
-        - ¡Bien! Sí, ya he conseguido entrar, muchas gracias.
-        - Mándeme un email con la insidensia  -ha relajado el acento - ¿si?
-        - Sí, sí, ahora te lo mando.

lunes, 9 de junio de 2014

Día cero

Firme aquí, aquí, aquí, esto es para certificar que ha recibido formación en Prevención de Riesgos laborales - oiga, que yo no he reci...- vas a estar todo el día sentado, no te preocupes, ¿firmas?

Sorprendido por el vertiginoso cambio al tuteo, firmo, vaya que si firmo; el juego de tapar el agujero en una tarjeta de crédito creando un pozo en otra empieza a no tener gracia.

Y después de seis meses en el paro empiezo en mi nuevo trabajo.

La Amanita de Recursos Humanos (es bajita, cabezona y regordeta, soy obvio, lo sé), me acompaña al que será mi box dentro de la oficina. Me he dado cuenta de que en esta empresa cada vez que quieren evitar una palabra con connotaciones negativas utilizan el inglés: box para cubículo enano, stand by para el tiempo que estás en la puta calle entre contrato temporal y contrato temporal, appraisal para unas entrevistas semestrales en las que juzgan tu rendimiento durante el periodo anterior...

Ese es tu sitio, en el sobre que hay encima del teclado está tu nombre de usuario y contraseña para que te logueés (te registres y te controlemos), es importante que cada vez que vayas al baño o a comer, te desglogueés (salgas de la aplicación inforrmática para que comprobemos, no sin asombro, la frecuencia con la que meas).

La Seta se va por donde ha venido, abro el sobre, combinación infernal de siete posiciones alfanuméricas con letras en mayúsculas y minúsculas.

Como no podía ser menos , escribo dos veces mal la contraseña y antes de bloquearla tecleando cualquier cosa por tercera vez, me asomo al "bos" contiguo y pregunto a una señora que está tejiendo una bufanda (?) mientras habla por teléfono con uno de esos auriculares con micrófono incorporado (pinganillo, vaya): Mmmmeeestooo, disculpa, ¿el informático? . Me mira con toda la ira del mundo, está jodida porque tiene que dejar de tejer, alarga la mano hacia el teléfono, pulsa el mute (tecla para maldecir en hebreo sin que tu interlocutor te oiga) y escupe "extensión dosdoscinco".

Veo que hay unos auriculares con micrófono incorporado (pinganillo) encima de mi mesa, me los pongo, marco la extensión dosdoscinco... Hoooola, mira, perdona, me llamo Erre, hoy he empezado a trabajar aquí - Ssstaloshuevos estoy de los nuevos, tienes que llamar al Frontdesk para desbloquear el usuario - cuelga.

Reviso los tres manuales de procedimientos que me ha entregado el Champiñón, todas las copias de los documentos que he firmado sin leer... nada, no hay nada del puñetero Frontdesk

La entrevista

Alrededor del cuello, la corbata de las entrevistas, medio nudo windsor que se me antoja como si me lo hubiera hecho Pepe Isbert en la peli de Berlanga, el cuello de la camisa, casi metálico como la pestaña del garrote.

He decidido decorar el hueco que hay entre la nariz y el labio superior con un trocito de papel higiénico, me ha ayudado a tomar esta decisión el corte que me he hecho afeitándome, y es que no consigo recordar que mover la cuchilla de izquierda a derecha no es del todo práctico.

Taconeo escaleras abajo, taconeo hasta la boca del metro, tacones, tacones. No sé por qué si lo que me duelen son los pies, no consigo doblar las rodillas, un extraño efecto de estos zapatos en mis pies. Los llamo pies, pero a estas alturas bien los podría llamar "amasijos sanguinoletos", los huesos de los dedos han empezado ya a acariciar los calcetines. Deleitándome con esa maravillosa sensación no dejo preguntarme por qué tengo que ponerme estos zapatos con los calcetines mal llamados "ejecutivos", que deberían llamarse "travestidos" o "minimedias", un nombre más descriptivo, sin lugar a la sorpresa.

Currículum en mano - papel verjurado color albero nº3 - llego a la oficina donde tengo la entrevista, la secretaria que me recibe no está limándose las uñas y como no soy James Bond no suelto una perlita del tipo "Moneypenny, desde este mismo instante el sol luce más radiante hoy!" en su lugar, abro la boca y una flema vibra en mi garganta al ritmo de:

- Buenas, me llamo Erre, tenía concertada una entrevista con la Sra. Pelleja

Moneypenny con cara de estar nadando en un río de vómitos:

- "Sra. Belleja", siéntese ahí, por favor.

Me siento en acojedor sillón de scai, acogedor si no fuera porque el aire acondicionado aquí parece haberse puesto en huelga, el pantalón ha empezado a entenderse a las mil maravillas con mis muslos, tanto que no quiere despegarse de ellos, y eso que están empapados en sudor...Genial! Además una gota ha empezado a deslizarse por la corva y ha conseguido llegar a los calcetines travestidos.

Las piernas no están solas en su baño salado, les acompañan: el culo, las axilas, la frente...No sería muy apropiado haberme traído una mochila, por lo que me no me ha quedado más remedio que llenar la americana con llaves, teléfono, abono transportes, cartera, tabaco, mechero; así que el peso de la chaqueta hace que ésta presione la camisa contra mi pecho, contra los brazos. Disimuladamente me he ahueco un lado de la chaqueta, echo un vistazo a Moneypenny, muy entretenida con el whatsapp, y empiezo a soplar dentro de la americana con la esperanza de que el flujo se detenga, se realentice. Por supuesto, no lo consigo, además me acabo de dar cuenta de que una de las manchas de sudor en la camisa se parece muchísimo a la forma de la Comunidad Valenciana, en cuanto a tamaño es un poco más pequeña.

Por fin la señora Pelleja o Polleja o como sea sale a recibirme, y cuando me estrecha la mano pone la misma cara que Moneypenny cuando me ha oído hablar, acaba de descubir que un minúsculo riachuelo de sudor rueda desde el interior de mi manga hasta su mano. Mientras sacude su mano de forma casi convulsiva me conduce a un mini despacho formado por unos paneles de cristal.

Nos sentamos, y empieza la entrevista, la primera parte es obligatoria, el intercambio de piropos:

- Su currículum es muy interesante.
- Muchísimas gracias - "no puede imaginarse hasta qué punto es inventado" me gustaría añadir - verá además que toda mi trayectoria laboral se ha desarrollado en el ámbito comercial ( "trayectoria laboral" = un año como becario poniendo cafés y transcribiendo cartas y unas navidades envolviendo regalos en El Corte Inglés).

Pasamos a una segunda fase, la prueba en inglés, la Sra. Pajeja "breiks de ais" y se lanza a hablar inglés haciendo que Aznar parezca del mismo Liverpool. Cruce de palabros y frases hechas, creo que esto sí que lo he hecho bien. Sin embargo, si algo me ha enseñado la vida es que TODO tiene sus consecuencias negativas, mis pulsaciones han descendido, las mamparas forman un zulo donde sí que funciona el aire acondicionado, y lo hace con toda la potencia que habría sido necesaria para refrescar el recibididor, bueno, el recibidor y tres estadios de fútbol. El caso es que el sudor se ha enfriado, y durante lo que queda de entrevista mi temperatura corporal cae en barrena; los dientes me castañetean cuando la Sra. Pajera me pregunta:

- Bien y ya para terminar, cuénteme algo sobre sus aficiones.

Lo sincero sería decir que soy un estudioso del porno con reconocido prestigio en varios foros especializados, pero a lo mejor mi disyuntiva sobre la irrupción de las Supervixens en el cine de los ochenta no la termina de impresionar, así que decido ahorrar mis comentarios para un público más selecto y consigo hacerme oír por encima del ruído de los dientes chocando entre sí:

- Leer, el cine, ir al campo - la verdad es que la última vez que estuve en el campo fue con la esperanza de encontrar setas alucinógenas, pero seguro que eso deja una imagen no del todo "saludable" de m.

Se abre el turno de ruegos y preguntas. La vejiga humana se contrae con el frío, por lo que no sólo me muero por un cigarro, si no que estoy más que dispuesto a axfisiar con mis propias manos a la Sra. Comocoñosellame-EJA si con ello consigo que termine ya la entrevista y abrazar un urinario, su pegatina de la araña en él, su pastilla ambientadora azul, el botón que acciona el mecanismo de la cisterna, mmmmmmm!

Sin embargo, la oferta no decía nada sobre las condiciones (eufemismo que se responde a la ecuación "horario+pasta", así que pregunto:

- Sí, bueno, trabajar para Uds. es una motivación "per se", sin embargo sí que es lógicamente importante conocer las condiciones - toma ya frasecita, a veces me doy miedo, es que ya ni pienso lo que digo, ya puedo hacer entrevistas con el piloto automático conectado.

- Aquí trabajamos de 8 de la mañana hasta las 19, sin embargo, nos gusta la gente que se implica - nuevo eufemismo, éste significa "gente que trabaje por la cara fuera de su horario"- , así que si un día - toma ya! dos en una frase, aquí donde dice "un día" hay que entender "de lunes a jueves" - hay que arrimar un poco más el hombro - "currar gratis hasta las mil" - pues lo hacemos.

- Sí, sí, entiendo.

- En cuanto a las condiciones en un principio - léase "los diez primeros años" - cobraría unos 12000 euros al año.

Mmmmm, interesante, si me lo curro, hago horas extras gratis, le caigo bien a mi responsable, a mis compañeros, a mis compañeras, si hago todo el trabajo sucio durante diez años, si oculto mis convicciones políticas y mis juergas de los fines de semana, si soy un trabajador modelo con mucho tiempo para dedicarle a la empresa, poca personalidad y una vida privada ínfima, transcurrido ese tiempo conseguiré ser MILEURISTA!!!